sábado, 24 de diciembre de 2011

¿Y si tocar duele?


La siguiente entrada del blog trata sobre la posición corporal y las tensiones a la hora de tocar. Me parece un tema de importancia crucial. Es por esto que aunque sea difícil hablar sobre esto por escrito y aunque no aborde profundamente este tema, la entrada es un poco extensa.
No debemos olvidar que tocar un instrumento como el violín y poder hacer música con él debe aportarnos disfrute y diversión. Esta idea debe estar siempre presente, independientemente del nivel que tengamos y los objetivos que queramos conseguir. Por esto, en esta entrada trataré de explicar cómo evitar que suframos molestias con el violín, al mismo tiempo que conseguimos aumentar nuestra eficacia a la hora de tocar.
Estudiar violín implica realizar un montón de movimientos repetitivos, y a veces nuestra atención se centra tan solo en la partitura o libro y olvidamos comprobar si esos movimientos están realizados de forma correcta y sin exceso de tensión. En las clases, los profesores podemos ayudar a que localicéis esas tensiones y que las liberéis, o a que aprendáis a realizar un nuevo movimiento de forma correcta. Pero todo esto cae en saco roto si durante el resto de la semana no trabajáis con estas mismas prioridades. Debemos recordar que pasáis más tiempo con el violín sin profesor que con profesor (al menos eso espero), por tanto, donde realmente aprendéis y corregís aspectos técnicos, es en casa, en clase “tan solo” recibís la información que más tarde debéis asimilar a partir de vuestro trabajo.
Es muy importante vigilar...

Mi prioridad a la hora de enseñar es que mis alumn@s estén con la mejor posición posible, ya que esto permitirá que su cuerpo está preparado para realizar cualquier tipo de movimientos sin un exceso de tensión. Para ello el violín, con o sin almohadilla, debe descansar sobre el hombro izquierdo, nuestro cuello debe estar estirado pero relajado y nuestros hombros abiertos. Con estas pocas indicaciones ya conseguiremos una muy buena posición. Otros aspecto que debemos tener en cuenta para evitar tensiones en las manos son los pulgares. Éstos son los dedos más difíciles de controlar porque están más “escondidos” que el resto, pro una tensión en el pulgar provocará que las manos no estén abiertas y flexibles dificultando la posición de los dedos, cambios de posición y/o vibrato, en el caso de la mano izquierda, y la producción de sonido y la realización de los diferentes golpes de arco en el caso de la mano derecha.
Otro aspecto importante es que vigilemos nuestras rodillas, si las bloqueamos hacia atrás, conseguiremos que nuestras lumbares estén demasiado forzadas. Esto es muy común en las chicas, ya que por la posición de la pelvis, tienden a bloquear las rodillas y su espalda forma una curva similar a la de las gimnastas rítmicas.
Es importante también que vigilemos la posición general de nuestro cuerpo, porque somos animales “simétricos” y una tensión, por ejemplo, en el hombro izquierdo, se reflejará en el derecho y viceversa.
Tensión

Cuando hablo de tensión, siempre hago referencia a un exceso de tensión. Es imposible poner en movimiento los músculos grandes sin tensarlos, o tocar un pasaje intenso y forte si estamos totalmente relajados (hay una correspondencia directa entre la implicación corporal y el resultado musical). Pero debemos aprender a controlar cuánta tensión necesitamos para no estropear nuestro sonido o salud corporal. Por ejemplo, aunque parezca lo contrario, cuando tenemos que tocar notas rápidas, necesitamos que los dedos no estén tensos, ya que esto impide el movimiento rápido y libre de los mismos, sin embargo, lo normal es que cuando vemos notas rápidas o tan solo una dificultad, inconscientemente tendemos a tensar más de la cuenta.
Instrumento

A parte de nuestro cuerpo no debemos descartar incluso hacer pequeñas modificaciones en nuestro instrumento. Lo primero que debemos comprobar es que el tamaño del instrumento sea el adecuado para nosotros, y si dudamos, siempre es mejor que quede pequeño que un poco grande. Aunque sea por muy poco, si el instrumento es grande obliga a nuestros músculos a realizar un sobreesfuerzo. Como referencia se suele comprobar viendo que la mano izquierda puede envolver bien la voluta del violín sin que el codo está extendido del todo (es importante que comprobemos que los hombros siguen en posición relajada). Sin embargo, aunque parezca que el brazo llega bien hasta la voluta es importante que comprobemos que los dedos caen correctamente sobre el batedor y que somos capaces de afinar el cuarto dedo sin necesidad de modificar la posición de la mano izquierda.
Otros factores que debemos controlar son la barbada y la almohadilla. Éstas piezas son movibles y muy fáciles de cambiar. No es extraño que cambiemos estos accesorios varias veces a lo largo de vuestros estudios musicales, ya que tod@s tenéis la mala costumbre de crecer, y durante mucho tiempo tenemos que realizar pequeños ajustes para que la posición se mantenga siempre correcta. Una almohadilla y/o barbada muy baja provocará que levantemos nuestro hombro o bajemos nuestro cuello y una demasiado alta conseguirá que el cuello esté demasiado estirado. Aprovechando que hay muchas marcas y modelos, podemos combinar estos dos accesorios de forma que consigamos la mejor posición posible.
Sonido

Además de por los “problemas físicos” que nos puede acarrear, es necesario vigilar nuestra posición y la fuerza que realizamos para que nuestro instrumento suene los mejor posible. Como músicos, nuestro objetivo debe ser siempre la obtención del mejor sonido, para que de esta manera la música que toquemos llegue y se entienda de la mejor manera posible. Es más importante el cómo tocamos que el qué tocamos. Todo esto es imposible si no estamos tocando cómodos y nuestro cuerpo no es capaz de moverse con libertad.
Por ejemplo, cuando pensamos en sonido nos viene enseguida a la mente el arco. Sin embargo, si nuestra posición corporal no es correcta y/o el violín no están bien colocado, va ser muy muy difícil que nuestro arco esté paralelo al puente y que por tanto el sonido sea bueno o al menos el mejor posible. Por eso que mi prioridad a la hora de dar clase es que estéis siempre con la mejor posición posible y que ésta se consiga con el menor esfuerzo.
Tocar con atril

Es importante vigilar la altura del atril a la hora de practicar y tocar en público. demasiado bajo y demasiado alto. Si el atril está demasiado bajo, nuestro instrumento tenderá a mirar al suelo y estaremos “chepados”, pero si está demasiado alto, contraeremos demasiado nuestro cuello. En mi opinión, los pies y el ombligo no deben mirar al atril, deben estar dirigidos a la derecha del mismo y la cabeza del violín debe mirar a la esquina superior izquierda del atril. De esta manera conseguiremos que nuestros hombros estén abiertos y nuestro cuello recto. Si nuestros pies y ombligo miran al atril, terminaremos colocando el violín demasiado centrado y eso provocará que cerremos nuestros hombros.
Tocar sentado

También es importante que no olvidemos todos estos factores a la hora de tocar sentado, ya sea en orquesta o en Música de Cámara. Cuando estamos tocamos en grupo, es más fácil olvidar la postura. Es necesario que no nos “hundamos” en el fondo de la silla y que mantengamos la espalda de forma correcta, tal y como cuando estamos de pie. En el culete tenemos un par de huesos que se llaman isquiones, y es sobre éstos donde tiene que descansar el peso del cuerpo, si nuestra espalda no está recta el peso descansará sobre nuestros riñones obligando a que nuestra espalda realice un sobreesfuerzo.
Técnica Alexander

Si tienes todos estos elementos en cuenta te resultará más fácil conseguir un sonido bonito, grande y resonante, y así, tanto tú como los que te escuchan disfrutarán mucho más. Si piensas que esto no está ocurriendo, pregunta a tu profesor, seguro que podrá darte consejos sobre cómo relajarte y tocar de forma más cómoda. Una opción que no es nada desdeñable, es que realicéis algún curso o contactéis con algún especialista en Técnica Alexander. Ésta técnica trabaja la reeducación postural para sacar el máximo partido a nuestro cuerpo. En nuestro centro se han realizado muchos cursos y si queréis más información podéis preguntarme a mi o a Sergio Alonso, profesor de análisis, armonía y fundamentos que es quien coordina estos cursos.
Ya está

Si crees que estas ideas te han ayudado o puedes aportar otras, por favor escríbelas dentro del apartado de comentarios. Hacer música es una experiencia única y debemos ayudarnos para que todos podamos disfrutar el máximo con ella y a través de ella.

2 comentarios:

  1. Buenas! me gustó tu mucho tu entrada, pero te quería comentar una cosa...
    Hace unos meses notaba que no estaba nada cómodo con mi violin, por lo que de tener una almohadilla a la izquierda del cordal la cambié central, parecía que la cosa iba a mejor, hasta ahora, tengo una impotencia increíble porque no pillo la postura a mi violin lo cual me imposibilita tocar y ensayar porque me frustro rápidamente, espero un consejo para cambiar la almohadilla y la barbada, también me gustaría saber cuáles usas tu para probar y ver si va bien, Un saludo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Sergio! Muchas gracias por tu comentario. Aunque es muy difícil aconsejarte sin verte "en directo", personalmente me funciona muy bien la combinación de barbada Wittner semicentral y almohadilla Wolf forte primo. Esta combinación me parece muy versátil pudiéndose adaptar a diferentes fisionomías. Un saludo!

      Eliminar